jueves, 24 de octubre de 2019

CON VERÓNICA EN EL MUSEO DEL PRADO. Texto y foto recuperados



Qué follón dominguero, qué gentío,
qué colas a la entrada,
qué cruces de azafatas y ascensores...
y familias enteras.
Qué rapidez tan irrespetuosa
de una sala a la otra del santuario.

¿No habrá un pintor naïf para esta escena
cuando el sol invernal arrincona la lluvia?
¿No habrá un Greco capaz de sublimarle
la palidez gripal y el vaho y la nostalgia
que le da el resfriado?
¿No habrá un Picasso acaso
con donaire taurino que la fije
en un periodo rosa de un instante,
ahora que ella conserva en las mejillas
dos pétalos de fiebre en retirada?

Tiene nombre de lienzo y desafío
y un no sé qué de mar que nunca cede.
¿No habrá un Turner o un Friedrich
que le ofrezcan ocasos con galernas?
¿Y un Manet con marinas familiares?
O un Renoir que la ponga de bañista...
¿Ni un San Cristóbal saturnal de Goya
que la alce en hombros sobre las mareas?
Gauguin de las orillas, ¿no te animas?..

¡Caballeros, joder!
¿Tendré yo que pintarla en un poema..?

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