Para J.S.
Al
lado de una sirena, una mujer pez,
recibí
del amor la primera lección,
tragué
la primera espina.
(Georges
BRASSENS. Súplica para ser enterrado en la playa de Sètes)
En
un último ensueño
mis
pobres huesos se estremecerán
con
el largo y lento roce de tu pelo.
Flotando
al viento de las aguas,
crujirán
de emoción mis tristes vértebras
y
todo mi espinazo sorprendido
olvidará
su artritis, su calamidad:
algas oscuras como tu cabello
brillarán bajo el sol de mediodía,
rodearán tu piel sargazos cálidos
sobre
el océano de mi juventud.
...Y
en su tibieza al fin me dormiré
-ya
para siempre náufrago-
a
pocos metros de las roncas olas.
(De Poemario asustado)
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