Ellas alcanzaron el
esplendor, se alzaron como mariposas únicas, deslumbraron en la
historia y las ficciones al desplegar y batir las alas más hermosas;
con ellas trazaron el vuelo más insuperablemente esquivo e inaccesible para algunos
pobres mortales, impotentes ante su gloria o su belleza. Se llamaban,
por ejemplo, La Malinche, Diana Spencer, Ana Bolena, Gilda
o María de Magdala. Para mayor melancolía, nunca pudieron volver a
la etapa de crisálida cuando les llegó el abandono, el hacha del
verdugo, el campo de concentración o la prostitución. No hubo forma
de protegerlas; los pobres mortales comprobaron que ellas eran igual
de inaccesibles en la decadencia y la tragedia que en el vuelo
triunfal.
Mariposas
imposibles es el título del único libro de poesía publicado
hasta ahora por Emilio González Déniz, y en sus páginas reserva con
tino su atención y su música a cada mariposa. La segunda
parte del poemario lo componen textos de amor con colores
dominantes, colores sin correspondencia apreciable con situaciones o
matices de la pasión: cada color muestra un valor desconocido según
el verso en que se le encuentre.
Emilio González
Déniz es desde hace ya tiempo uno de los novelistas indiscutibles de
Canarias, maestro en la obra coral o en la novela corta o más íntima. Bardinia,
La mitad de un credo, Bolero para una mujer o Tríptico de fuego
son ejemplos de su prolijo talento. Su última novela, El tren delantero, es todo un homenaje al cine y una muestra de su
maestría también en las narraciones cortas que aparecen ensartadas
en su argumento.
BREVE MUESTRA DE TEXTOS
Diana Spencer
Cenicienta se calzó unos zapatos de cristal
y voló en carroza de fantasía
para ir a encontrar a su príncipe antes que el reloj diera las doce.
Blancanieves anduvo entre los enanos
mientras esperaba a su príncipe,
que finalmente llegó en bayo corcel altivo.
la bella durmiente soñó plácidamente durante cien años
hasta que el beso de su príncipe soñado la despertó.
A ti te condujeron hasta el príncipe de los príncipes,
el Príncipe de Gales,
en carroza de fantsía, calzada, vestida
y coronada con el cristal más limpio del mundo,
el diamante,
coqueteaste con enanos y soñaste con el beso del príncipe,
pero él no quiso besarte.
El reloj dio las doce y entraste en el túnel del tiempo,
sin beso y sin príncipe.
La bruja había ganado.
___________
Wang Joung
Fuiste escogida para ser deposada por el dios
de carne que habitaba la Ciudad Prohibida.
Él te dedicó algunos instantes,
pero su carnalidad gozaba más del sudor de los esclavos.
No te importó el rechazo del dios
porque ser mirada un instante por él
era el privilegio más alto que podía gozar una mujer mortal.
Estuviste a su lado cuando lo destronaron,
le sostuviste la corona cuando a la fuerza
lo hicieron monarca de Manchuria,
y lloraste su prisión cuando lo condenaron
a cuidar para siempre el jardín de la Ciudad Prohibida.
Vagaste sola por los tugurios de Pekín, Cantón y Shangai.
Antes de diluirte en el olvido,
vendiste en los mecados del amor de Hong-Kong
la delicada piel de porcelana
de la única y no desada esposa de P'u Yi,
el último emperador de China.
_________
Ojos de frecuencia larga.
espiral estrecha, verde.
Nace en mí la esperanza al evocarlos
en miradas vivas,
vegetales.
La vida es parda como tu mirar verde,
vivo verde,
quietud,
pardo,
par (a) do (s).
___________
El incoloro azul de tu sonrisa
se va en el aire.
la saliva, beso transparente,
azul en la mejilla, roja
en los labios.
Malva otra vez y
transparente, llenas vacíos
y eternizas llanos.
Estás, crees y sientes,
malva da tu besar,
madad de paraíso.
Sonrisa azul, roja succión,
malva-da.
__________
Mariposas
Mariposa es mujer que quiere ser otra:
ella misma.
Dos mujeres,
una sola, con las manos abiertas,
buscándose en las mariposas,
falenas de imposibles,
mariposas de la pasión no correspondida,
reflejos de mujer que huye de la realidad.
Todas las mariposas buscan imposibles.
La niña de las mariposas, de Antonio Padrón |
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