viernes, 17 de abril de 2020

ÉCHAME DE TU CASA DE MUÑECAS

   
  











   ÉCHAME de tu casa de muñecas
si me demoro mucho en el calor
del dormitorio lleno de colores.
Échame, te insistí después sobre el sofá
donde veía tu cuerpo de mujer
excediendo tu bata de niña.
Y como no me expulsabas,
y como no mirabas el reloj
y la tarde pasaba y era noche,
yo mismo dejé el lecho
y yo mismo me alcé, después, de aquel sofá
de epílogos y abrazos
donde, como la tarde, se alargaban tus piernas.
Y repetí que me echaras
mientras me echaba yo,
yo solo,
al frío de la calle,
en retirada, absorto, y sin tu ayuda.



Moraleja: QUÉDATE EN CASA

No hay comentarios:

Publicar un comentario